Muchas mujeres hemos llegado a cometer errores al vestir para la oficina, aspecto que nos podría costar el ascenso de puesto o simplemente el recibir críticas de nuestros colaboradores. Es importante recordar que nuestra vestimenta deberá ir acorde a la línea de trabajo, manteniendo nuestro estilo personal, siempre y cuando lo podamos adaptar a la vestimenta pertinente en el ámbito profesional.
Utilizar prendas muy reveladoras – Los escotes muy pronunciados y las faldas muy cortas serán adecuados en el ámbito social, nunca en el ámbito profesional. Escoge prendas que eviten que las miradas vayan a donde no lo deseas y que distraigan la atención de los demás.
Vestir muy informal – Recuerda que existe un código de vestimenta dentro del ambiente laboral, los jeans son muy cómodos y versátiles, pero déjalos a un lado para utilizarlos los fines de semana.
Elegir zapatos abiertos – Para trabajar en una oficina siempre será mucho más adecuado que escojas zapatos cerrados, es decir que no muestres los dedos de los pies.
Maquillaje exagerado – Es importante que aprendas a distinguir el maquillaje que utilizarías para un evento social que para la vida profesional, un maquillaje para la oficina deberá únicamente resaltar tus facciones pero de una manera muy discreta y natural.
Llevar demasiados accesorios – No será adecuado utilizar joyería que distraiga a los demás de prestarte atención a ti, procura complementar tus atuendos con piezas discretas y sobrias.
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